La Policía Local de Paterna estará autorizada para no hacer uso del uniforme reglamentario durante la vigilancia de posibles infracciones que se cometan en la vía pública en materia de deyecciones sobre las aceras por perros y otros animales de compañía, siendo sancionable cuando sus responsables no procedan a recogerlos y queden sobre la vía pública.
Se trata de un logro importante, no exento de un largo debate jurídico a la hora de justificar la potestad del Ayuntamiento de poder aplicar esta medida. Hasta la fecha el Ayuntamiento de Paterna había tratado de poner en práctica esta actuación, pero siempre se le remitía a obtener previamente el permiso de Delegación de Gobierno, algo en lo que no tuvo éxito tras intentarlo en reiteradas ocasiones. Según el artículo 41.3 de la Ley Orgánica 2/1986 de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, “los miembros de los citados Cuerpos deberán vestir el uniforme reglamentario, salvo los casos excepcionales que autoricen las Juntas de Seguridad, previo consentimiento del Gobernador civil respectivo”. Sin embargo, en virtud de los argumentos expuestos por el intendente principal de Policía Local, José María González Gallardo, la potestad de permitir a los agentes la exención del uniforme reglamentario podrá ser ejercida por el alcalde, Lorenzo Agustí, no siendo necesaria la aprobación de la Delegación de Gobierno, a la que hasta la fecha se le había requerido, sin éxito. El informe expone que la supeditación a órganos de otras administraciones, en el ejercicio de competencias específicas de la Corporación Local, es incompatible con el principio de autonomía local que deriva de los artículos 137 y 140 de la Constitución Española y 1 de la Ley de Bases de Régimen Local, 7/1985. Por todo ello
En este sentido, desde Policía Local exponen que “uno de los servicios que por los ciudadanos y asociaciones con mayor frecuencia e insistencia se demandan a esta Policía Local es el control y cumplimiento de las ordenanzas de animales, sobre todo en materia de defecaciones sobre las aceras por los perros y que sus responsables o los que se sirven de los mismos no recogen y quedan sobre la vía pública”. Del mismo modo, exponen que “el control de estas infracciones por parte de la Policía Local es muy complicado al realizar el servicio con el uniforme reglamentario, pues los propietarios de los animales cuando detectan la presencia policial sí que recogen los excrementos, pero en un alto porcentaje no lo hacen cuando no observan a los agentes, siendo imposible estar en todas las calles y en todo momento”.
Las obligaciones de los propietarios de animales domésticos, según la normativa vigente es la inscripción gratuita en el registro municipal, la obligatoriedad de la cartilla de vacunación y el chip de identificación, la limpieza de las defecaciones que producen para evitar “la insalubridad y la caída de algún viandante”, el no acceso a recintos infantiles y zonas ajardinadas, el uso del collar y la correa para evitar que pueda resultar atropellado o provocar un accidente de tráfico cuya responsabilidad recaería en el propietario y por último la obtención de una licencia especial de las razas peligrosas y el uso del bozal en estos tipos de animales. Respecto a la no recogida de excrementos de canes por parte de los propietarios, se trata de una infracción considerada como grave, dentro de la ordenanza de convivencia municipal, por lo que se puede incurrir en una sanción de hasta 750 euros. La concejala responsable de Policía Local, Sara Álvaro, indicó que “el fin de esta normativa no es en ningún caso recaudatorio, sino concienciar a todos de la necesidad de mantener limpias nuestras calles”. La concejala recalcó que “la gran mayoría de los propietarios de animales son respetuosos con la normativa, pero es preciso que lo seamos todos”.
Las asociaciones de Vecinos de Paterna y muchos ciudadanos a nivel particular han requerido al Ayuntamiento que pusiera en práctica esta medida desde hace varios años. Es ya histórica la campaña “Es tu calle, no la cagues” desarrollada por la Asociación de Vecinos de Campamento, que arrancó en 2005 con acciones de sensibilización para los propietarios de animales y con diversas propuestas al Consistorio para combatir este problema. Junto a las campañas informativas, también han requerido medidas contundentes al Consistorio, que han devenido en un endurecimiento de la normativa y ahora con la posibilidad de que pueda hacerse una mejor vigilancia de las posibles infracciones.