Muchos son los temores que se plantean en un proceso de selección. Te ofrecemos algunas pautas que pueden ser de ayuda
Una entrevista de trabajo es una prueba que en la mayoría de ocasiones causa un enorme nerviosismo y estrés porque se encuentra en juego un futuro empleo. Son muchos los aspectos que se tienen en cuenta para contratar a una persona, por eso cuando te presentas a una entrevista debes ser cuidadoso en cómo te muestras.
A continuación, proponemos una serie de pautas que pueden ser de utilidad a la hora de enfrentarse a ese momento de nerviosismo.
ANTES DE LA ENTREVISTA
PUNTUALIDAD: Es preferible llegar unos minutos antes a que te tengan que esperar. La puntualidad es uno de los aspectos que más se tienen en cuenta en cualquier puesto de trabajo. También es aconsejable acudir solo porque si no se puede transmitir la imagen de que no se puede afrontar solo a la situación.
INFORMACIÓN: Sería interesante obtener alguna información previa sobre la empresa y mostrar interés por ella cuando te pregunten, algo que suele ocurrir con bastante frecuencia.
PERSONALIDAD: Hay que tratar de potenciar los puntos fuertes de la personalidad de cada uno, evitando llegar a parecer pedante.
VESTIMENTA: Se debe procurar vestir con prendas apropiadas al puesto que se solicita, que no sea ni demasiado informales ni llamativas.
DURANTE LA ENTREVISTA
Mientras transcurre la entrevista de trabajo el lenguaje verbal y no verbal son nuestras herramientas para darnos a conocer frente a la otra persona. La manera de gesticular, el tono de voz y la mirada, entre otros, son las señales que se transmiten al entrevistador y que le harán tener una imagen sobre el entrevistado. Por ello, es importante estar relajado, respirar profundamente y contestar a todas las preguntas con calma.
EL SALUDO: Es mejor esperar a que sea el entrevistador el que extienda la mano, aunque puedes anticipar un cordial saludo con una sonrisa discreta.
CURRICULUM: Seguramente te pregunten por tu currículum, así que es importante ser sincero desde el primer momento y no rellenarlo con información que no sea cierta ya que te puede pasar factura en un futuro, si te llegan a dar el puesto de trabajo.
MIRADA: Es importante mirar al frente y no evitar la mirada del entrevistador, ya que da la impresión de ser una persona tímida y nada segura de sí misma.
POSTURA: Mantener durante la entrevista una postura recta. No debes estirar las piernas porque puede mostrar una falta de respeto hacia la otra persona. Las manos deben procurar estar quietas para no mostrar nerviosismo e inseguridad.
LENGUAJE: Mientras se responden a las preguntas, no se deben usar palabras rebuscadas y hay que evitar las respuestas monosílabas de ‘sí’ o ‘no’. Es preferible acompañarlas de una explicación para que no resulte ser una entrevista incómoda hacia ninguna de las partes.
A parte de cualquier recomendación, ante todo, hay que tener en cuenta que la preparación y mostrarse seguro y ser uno mismo puede ser la mejor ayuda.